1173 - Lamentaciones 3. Grande es tu fidelidad. Lm 3:22-23
Descansando en Dios - A podcast by Francisco Atencio
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1173 – Lm 3:22-23 – Lamentaciones 3. Grande es tu fidelidad.Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.Lamentaciones 3 da al libro un marco positivo de esperanza y restauración alrededor del cual giran los otros capítulos. En Lamentaciones 3 conseguimos el tema central de la estructura quiastica de este corto libro de Jeremías. A pesar del sufrimiento personal y nacional, Jeremías confiaba plenamente en Jehová (Lm 3:19–39). Sabía que Dios había enviado el juicio, pero no los había dejado sin esperanza. El castigo sería temporal y al final Dios reedificaría a su pueblo. El Señor se describe como grande, justo y soberano, el que se manifiesta en el juicio y controla la historia, el que es juez misericordioso, fiel y bueno. Se interesa personalmente en su pueblo y de sus hijos. Por amor a ellos volverá a restablecer su reinado. Lamentaciones 3 puede dividirse en tres secciones. Jeremías hizo un relato detallado de sus aflicciones durante el tiempo de la caída de Jerusalén (Lm 3:1-18). Pero su conocimiento del carácter de Dios, en medio de su aflicción le dieron esperanza, no desesperación (Lm 3:19-40). Finaliza con una oración pidiendo a Dios liberación, restauración, y reivindicación (Lm 3:41-66). “Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente; de generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca.” (Sal 89:1)I. Las aflicciones de Jeremías (Lm 3:1-18). ”Yo soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo de su enojo. Me guió y me llevó en tinieblas, y no en luz; Ciertamente contra mí volvió y revolvió su mano todo el día.” (Lm 3:1-3). Con una larga lista de metáforas, Jeremías enumeró los muchos sufrimientos que él, como representante de Judá, sufrió debido al enojo del Señor (Lm 2:2, 4; 4:11). La mano favorable del Señor se había convertido en un puño de castigo. Las aflicciones provenientes del Señor habían tenido sus consecuencias en la salud del profeta (Sal 38:2-3): “Había hecho envejecer su carne y su piel” (probablemente se refiere a las arrugas) y sus huesos habían sido quebrantados. (Lm 3:4-6). Dios cerró sus oídos a la oración de Jeremías pidiendo ayuda y cercó sus caminos, posibles rutas de escape, con piedra. “Me cercó por todos lados, y no puedo salir; ha hecho más pesadas mis cadenas; Aun cuando clamé y di voces, cerró los oídos a mi oración;” (Lm 3:7-8). “Fui escarnio a todo mi pueblo, burla de ellos todos los días; Me llenó de amarguras, me embriagó de ajenjos. Mis dientes quebró con cascajo, me cubrió de cenizaY mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien, Y dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza en Jehová.” (Lm 3:14-18). Con varias imágenes vívidas, Jeremías concluyó la descripción de sus aflicciones. Se habían burlado de él y sus compatriotas hacían escarnio de su estado, sentía llenas las entrañas … de amarguras … de ajenjos (la planta más amarga de Judá Lm 3:19). Además, su alma se alejó de la paz y del bien o prosperidad y perdió la esperanza en Jehová. “Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como oro.” (Job 23:10).II. La esperanza de Jeremías (Lm 3:19-40). Jeremías en Lm 3:19-40 presenta el carácter de Dios con sus atributos y describe siete principios asociados a la aflicción en Lm 3:25-40. La aflición de Jeremías era comparable a la de Judá. Su aflicción externa (Lm 3:19a; Lm 3:1-4) y abatimiento interno (Lm 3:19b; 3:5, 13, 15) le hicieron desesperarse expresando:
