1141 - Isaías 52-53. Exaltación del siervo de Dios por su sacrificio. Is 53:5
Descansando en Dios - A podcast by Francisco Atencio
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1141 – Is 53:5 – Isaías 52-53: Exaltación del Siervo de Dios por su sacrificio.Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados.El pasaje en Is 52:13–53:12 es el clímax de toda la enseñanza acerca del Siervo sufriente, Cristo el Mesías, como instrumento divino para la salvación. Este es el poema con el cuarto cántico del Siervo sufriente (Is 42:1-10; 49:1-9; 50:4-11; 52:13-53-12). La estructura del poema es quiastica dividida en cinco estrofas de tres versos cada una. La exaltación. Las estrofas primera (Is 52:13–15) y la última (Is 53:10-12) resaltan el éxito del ministerio del Siervo y su exaltación. La primera estrofa es un resumen y un adelanto de la humillación y la exaltación del Siervo, descritas con más detalles en Is 53:1-12. El sacrificio. La humillación. En las tres de en medio (Is 53:1–3, 4–6, 7–9) enseñan acerca de su vida y muerte. Su verso central, es su muerte vicaria, nuestro sustituto en Is 53:5. El Mesías sería ensalzado, exaltado pero sólo después de ser humillado. Pablo resume este poema en Fil 2:5-11. Jesús exaltado en el cielo, siendo igual que el Padre en esencia (Fil 2:5–6), fue humillado en su encarnación y muerte (Fil 2:7–8) y finalmente otra vez exaltado por el Señor (Fil 2:9–11). Cierra la exaltación (Fil 2:10-11) citando Is 45:23. “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Fil 2:9-11). I. Exaltación del Siervo de Dios (Is 52:13–15). Su declaración. Dios mismo proclama el triunfo de su siervo: “He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto.” (Is 53:12). Él “será prosperado” (Is 52:13a). Significa eficiente y eficaz. Cumpliría todo el ministerio que el Señor tenía para Él. La exaltación vendría después de la humillación (Is 52:14–15a). Muchos se asombrarán del Siervo. ¿Quiénes son esos muchos? La gente de “muchas naciones” y sus “reyes” (Is 52:15). Según los estándares humanos, Jesús no tenía ningún atractivo cuando estuvo en la tierra (Is 53:3). Pero en su segunda venida quedarán perplejos (Is 52:15). “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por Él. Sí, amén.” (Ap 1:7).II. El sacrificio del Siervo de Dios (Is 53:1–9). Rechazo de su persona mientras vivió (Is 53:1-3). “¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?” (Is 53:1). Despreciado y desechado. Por su apariencia, humildad el remanente lo despreció, desechó, menospreció y consideró como nada. Juan expresa su reacción así, “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Jn 1:11, 46; Lc 10:25; 1Pe 2:7-8). Los gobernantes, soldados, malhechores, sacerdotes, el pueblo se burlaron de Él (Sal 22:6-8; Is 49:7; Mt 27:17-18, 39-44; Lc 23:11; 35-39). Varón de dolores, experimentado en quebranto. “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.” (He 10:10). Rechazo máximo en su muerte (Is 53:4–9). La interpretación teológica de su muerte (Is 53:4-6).
